Desde Embassy atribuyeron el cierre a problemas de liquidez ocasionados por la subida de los costes laborales, de las materias primas y de la energía y a no haber podido recuperar las ventas previas a la pandemia. Los empleados atribuyen el cierre a la mala gestión de los últimos herederos y a su actual dueño, Manuel Canalejas, que se dedicaron «a abaratar costes, a contratar a gente sin formación y a abrir nuevos locales cuando el volumen de ventas no daba para mantenerlos», según denuncian. La confitería, convertida también en restaurante, recibió el nombre de Embassy por su proximidad con varias embajadas y, durante la II Guerra Mundial, se convirtió en una especie del Rick's de Casablanca, en el que los espías americanos e ingleses convivían con los nazis.
Author: Ana del Barrio
Published at: 2025-08-12 22:07:51
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