Un poco más adelante, en 1951, Milton Mayer, un periodista judeoamericano, se mudó con su familia a una pequeña ciudad alemana a la que llamó Kronenberg, para insertarse en el tejido social -incluso al extremo de cultivar hondas y duraderas amistades-, y, desde adentro, entender cómo aquellos hombres, cómo aquellos conglomerados familiares habían apoyado el ascenso del hitlerismo; cómo se posicionaban ante cuestiones como el antisemitismo; por qué una buena parte de ellos se afilió al partido nazi; cuánta información recibían sobre los asesinatos de masas; si eran críticos o no ante aquellos hechos; y, fundamental, qué clase de pensamientos desarrollaron una vez que el régimen hitleriano comenzó a derrumbarse y tras el colapso militar, el suicidio de Hitler y la rendición del Ejército alemán, entre abril y mayo de 1945, cuando fue evidente que el Tercer Reich se había acabado para siempre. No solo periodistas e historiadores, también magníficos novelistas, han investigado para escribir ficciones documentadas que intentan responder a la interrogante de qué ocurre, no con las vidas, sino con las emociones y las explicaciones que se dan a sí mismos y a los demás los que alguna vez fueron aliados activos o pasivos, próximos o distantes, muy o poco informados, simples ciudadanos o funcionarios de dictaduras o regímenes totalitarios como los de la Italia de Benito Mussolini, la Alemania comunista de Wilhelm Pieck y Walter Ulbricht, la Rumania de Nicolae Ceaușescu, la Argentina de Jorge Videla o el Chile de Augusto Pinochet. De forma simultánea, entre la mayoría perseguida por la dictadura, la instauración de un ambiente de libertades conduce a una conducta social generalizada de olvido y paso a la gestión de la nueva vida, del futuro: esa ha sido la experiencia predominante en Europa y América Latina, una vez que las dictaduras han sido liquidadas por la acción de las armas o por la acción política civil.
Author: Miguel Henrique Otero
Published at: 2025-06-25 17:00:00
Still want to read the full version? Full article