Se hizo autónomo porque siempre quiso integrarse y no es que aprendiera la cultura, es que se autobautizó como Pepe el Sanluqueño porque tiene dentro el ángel de Andalucía: el pesquis, la rapidez, la guasa, la honradez y la sensibilidad. Si observa que el sevillano tiene, además, pinta de cayetano con pelito ondulado al viento que marca el Giraldillo, termina atrapando al cliente: «Del 41002, donde vive el Señor, aquí las tengo de los colores del Baratillo y del Dulce Nombre». Como él, en Sanlúcar aspiramos fondear cuando seamos fantasmas de una guerra por la felicidad que nos regala la Gabriela y la Pipiola, el langostino de colita azul de la lonja, el marrajo al queso viejo del abuelo Loli, la tortilla camaronera de Balbino, la corvina en salsa tártara de Bigote, la raya al pan frito de Perico y las papas aliñás calentitas de Barbiana.
Author: (abc)
Published at: 2025-08-09 19:01:22
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