Es la voz del Indio Solari la que termina por cerrar el breve monólogo y elige decir eso que, ahora, en 2025, a los 76 años, para verlo no hay que peregrinar en el estilo nómade de su etapa solista sino arrimarse al microcentro y en el séptimo piso del edificio que recibe con una Mamá luchona gigante del tucumano Gabriel Chaile asomarse al universo de sus collages digitales. En agosto de 1978, cuando Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota debutaron en la ciudad de Buenos Aires, se distribuyó una suerte de manifiesto (estrategia característica de las vanguardias) en la que se leía: “Por fin, por fin…sean bienvenidos Patricio Rey sus Redonditos, nuestros camaradas en la desesperación por existir/Los niños del siglo escuchan tu música delirante que les sirve de inspiración para cometer actos cada vez más mortíferos, estamos empeñados en el escándalo dadaísta, el incendio y el saqueo luego de los tempestuosos conciertos de rock and roll”. Bárbara Maier, curadora de la expo que se vio antes en el Museo MAR y en el Teatro Argentino de La Plata, reveló a LA NACION que el Indio conserva muy pocas de esas obras en parte porque le sirvieron como moneda de trueque en tiempos clandestinos.
Author: Fernando García
Published at: 2025-11-24 19:44:00
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