Por eso, los ambientalistas se mostraron consternados cuando, pocas semanas antes de la COP30 en el puerto de Belém, en plena Amazonia, el gobierno de Lula aprobó la solicitud de la petrolera estatal Petrobras para explorar yacimientos de crudo en la desembocadura del río Amazonas. “Este proyecto es depredador, ignora la voz de los pueblos indígenas, los verdaderos guardianes de la selva, y pone de manifiesto las contradicciones del gobierno al invertir en combustibles fósiles, la principal causa de la crisis climática”, dice Kleber Karipuna, coordinador de la Alianza de Pueblos Indígenas de Brasil. Este impulso por obtener nuevas reservas estuvo detrás de la polémica decisión de 20 de octubre del organismo regulador ambiental de Brasil, Ibama, que otorgó a Petrobras una licencia de perforación exploratoria para un yacimiento conocido como Bloque 59, ubicado a 540 kilómetros de la desembocadura del río Amazonas y a 175 kilómetros de la costa del estado de Amapá.
Author: Michael Stott,Michael Pooler,Joe Daniels
Published at: 2025-11-13 17:45:00
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