Se puede descubrir la bodega del Ayuntamiento, bajo la Plaza Mayor; la del palacio de los condes de Requena; la de la Cámara Agraria, conocida cariñosamente como “La Niña Bonita” –que alberga un centro de interpretación del vino de Toro–, o las del Antiguo Hospital y el palacio de Valparaíso. Mientras, en La Esquina de Colás (otro Solete) bordan las raciones: sardinas marinadas con crujiente de jamón, pincho de bacalao al champán o guiso de pluma ibérica con toque de chocolate, son solo algunas de las opciones, siempre acompañadas de una excelente selección de vinos de la tierra. Una ciudad que conserva el color de su pasado en la piedra policromada de su colegiata y la fuerza de su futuro en cada copa de Tinta de Toro.
Author: JAVIER GARCÍA BLANCO
Published at: 2025-11-07 14:31:32
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