Además de cuidar de su única hija, Anna empezó a despuntar como escultora de fuentes y de bustos en los que inmortalizaba a lo más granado de la alta sociedad norteamericana. Realizaba un molde con yeso y lo modelaba utilizando fotografías de los heridos de antes de la guerra o a partir de descripciones personales. Un Joven Cristo inspirado en los soldados con los que había compartido su dolor o una escultura de un aviador fueron sus personales homenajes a aquellos hombres con los que compartió uno de los episodios más duros de la historia de la humanidad.
Author: edgary185
Published at: 2025-12-22 18:07:00
Still want to read the full version? Full article