El ministro del Interior, Prensa y Propaganda de aquel entonces, Ramón Serrano Suñer, llegó a expresarlo de este modo: “La España del Generalísimo Franco (…) invita a todos los ciudadanos de los países civilizados a recorrer la Ruta del Norte, a partir del primero de julio próximo, para comprobar personalmente la tranquilidad y el orden que reina en regiones recién conquistadas por las armas y en las que con toda comodidad podrán ver las huellas aún candentes de una de las epopeyas más grandes que registra la Historia”. Isabel Moro, doctora en Geografía e Historia de la Universidad de Cantabria, impartió esta semana una charla en Puente Viesgo sobre la historia turística de las cuevas prehistóricas cántabras, una historia que tiene en la Guerra Civil uno de sus hitos: la cueva de Altamira fue utilizada como refugio antiaéreo, depósito, cuartel y reclamo turístico, según el bando en que se enclavara. “En 1952 visitan la cueva de Altamira 32.000 personas, en 1965 ya la visitaron 115.000 personas y cinco años más tarde se registraron visitas de 1.150 personas diarias desde las nueve de la mañana hasta las siete de la tarde en turnos de 10 minutos por grupo y sin contabilizar a los niños de hasta siete años”, subrayó la doctora de la Universidad de Cantabria.
Author: Javier Fernández Rubio
Published at: 2025-08-30 20:38:37
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