Mientras Feijóo metía el dedo en la llaga del PSOE, acusándoles de hipocresía, olvidaba que su partido ha amparado y aplaudido a un conselleiro del gobierno gallego investigado por agresión sexual: Alfonso Villares dimitía en junio, con aplausos y reconocimiento de la Xunta, incluido su presidente, Alfonso Rueda, que conocía desde febrero la existencia de esa denuncia y que no vio necesario tomar medida alguna. Más que una preocupación genuina por el machismo y las víctimas, lo del PP suena a instrumentalización: nos preocupáis, pero algunas veces más que otras, depende de a quién acuséis; nos preocupáis, pero el problema son las denuncias falsas; nos preocupáis, pero el feminismo criminaliza a los hombres; nos preocupáis, pero es que hay hombres afectados por un “divorcio duro”. Por contra, las casas están llenas de mujeres que nunca han denunciado y nunca lo harán, ni ante la policía ni ante su partido, su universidad o su empresa, porque el miedo a no ser creídas, a lo que pueda suceder, el miedo a que esos bulos y estereotipos pesen más que su relato, es más poderoso que lo que esta sociedad está haciendo para combatirlos.
Author: Ana Requena Aguilar
Published at: 2025-07-07 20:28:56
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