875 rublos

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Consciente de que el interés de sus visitantes estaba lejos de una guerra “en la que no pensaban nunca” y, sabiendo de la condición humana lo que no está escrito –o más bien, lo que sólo autores como Miguel de Cervantes y él pueden escribir–, abrió una puerta al camino de sus inquietudes reales y departió sobre “el arte de la confitería” con las encantadas señoras. Las tres damas de la anécdota que cuenta Gorki no estarían más interesadas hoy en el genocidio de Gaza que en la eterna trifulca por la soberanía de Creta; lo mencionarían, sin duda, u optarían por afrontar el encuentro desde la pobreza, el atraco a mano armada de la vivienda, la imparable desigualdad o, en agostos como este, el abandono del campo y los incendios manifiestamente prevenibles. Volviendo a la actualidad, es obvio que la mayoría no se siente como los personajes de Los vagabundos de Gorki, aunque muchos y muchas compartan con ellos la desesperación y, para su desgracia, la pasividad; a fin de cuentas, somos hijos de la educación que nos han dado, y no suele incluir la costumbre de aprender y quizá, romper cadenas.

Author: Jesús Gómez Gutiérrez


Published at: 2025-08-16 19:26:05

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